Toy Story
Toy Story
Los hombres se reúnen a mirar el Super Bowl con chelas y cigarros y eso esta ok, pero que hay acerca de las mujeres que se reúnen hablan de vibradores mientras toman mimosas viendo Desperate Housewives, simplemente es una invitación que nadie deja pasar.
Por Gonzal OM ontoya
Los hombres jugábamos con Thundercats y cochecitos para eventualmente abandonarlos en una caja, las mujeres aun siguen jugando pero no precisamente con muñecas, estos son otro tipo de juguetes. Si las fiestas de tupperware eran un éxito, esperen a leer lo que viene:
¿Por qué ya no existirán las fiestas de Tupperware? Sencillo, las mujeres de ahora ya no saben cocinar, cada vez que mi prima hace arroz tengo miedo que la masa tome vida y nos trague vivo a los dos. Olviden el tupperware, cosa del pasado y muy garbage, lo de hoy es el dildo, ademas de trashy es divertido. Las mujeres que frecuentan estas fiestas son casadas, en su mayoría solteras, profesionistas y en su mayoría están muy poco interesadas en un bebe, pero lo están mas en el punto G. “Si hay un G que debe estar en esas fiestas ese es Gonzalo” Me dijo Bertha una mujer madura cuyo cuerpo es el mejor que he visto en mi vida a pesar de que es madre de dos niñas.
Bertha inicio su negocio cuando se encontraba en NY decidió hacerse socia de Elisabeth (una GG: gringa gloriosa con G de G-Spot). Ella hace una reunión en su casa, y simplemente las cajas son innumerables “Quiero darle a mis amigas lo que Elisabeth me dio a mi, quiero que se sientan cómodas comprando sex toys de la manera que comprarían un pastel en El Globo” Decía mientras me daba una mimosa, llegaron dos jóvenes de aproximadamente veintitrés años una llevaba puesta una camisa que decía: Men cheat!, Men lie! Esto era un gran negocio la mayoría de mujeres que conozco (a excepción de la Universidad quienes aun se chupan el dedo) saben que el hombre es un perfecto cabron, mimosas, cigarros, mujeres y dildos: me encontraba en el cielo.
Algunas veían los juguetes y decían “este es buenisimo, deberías de comprarlo” “Este ya lo tengo” mientras también había unas que los veían como una mujer católica que ve por primera vez un pene y no dice nada.
La plática fue condones, hombres que no saben coger y que creen que lo hacen fantásticamente, hombres puritanos, penes gigantes, moda, votox y política (si se puede decir que hablar de Martha es política).
Distribuyen catálogos, Bertha describe el producto, lo prende y lo van rolando. El Micro Dolphin te brinda múltiples orgasmos y no es necesario utilizar las manos, incluso lo pueden utilizar cuando lavan los platos” No termino de decir eso cuando yo me estaba muriendo de risa, que mujeres tan cool, pensaba. El I-Vibe es muy bueno, incluso lo pueden usar con sus esposos o novios en el perineo. Traten de colocárselo, al principio el dirá ‘Ooh’, pero después el dirá ‘OOOOH’”
Que buena onda son las mujeres, son sumamente compartidas, lo impresionante fue la lección educativa cuando Bertha dijo Es hora que descubran su punto G ¿Cuántas de ustedes saben dónde se encuentra? Solo pocas alzaron la mano.
“Yo descubrí el mío después de diez años con un chico” Dijo una mujer de 34 años de edad, me divorcie y un chico lo descubrió inmediatamente, me di cuenta que nunca fui yo la del problema, era mi estupido ex marido.
Bertha mostró estimuladores del punto G, el Cosmic G y el Rabbit Habit “Bertha ¿Por qué todos son muy coloridos y tienen cara de animales?” Pregunto una curiosa. “En Japón existen reglas contra los vibradores si son muy realistas, así que les ponen caritas y los elaboran con estupidos colores”
“Pues ese conejito es exactamente igual al pene de uno de mis ex, pero sin bigotes, traten una peluca” Todas rieron, estaba rodeado de bitches feministas, quería ver que tan bitches eran, el dildo más barato oscilaba en los $48.95 us, al cabo de una hora Bertha había vendido $1,400 dólares, estas mujeres estaban casadas con verdaderos retrasados mentales. Bertha me detuvo la boca “Solo una esta casada y aquí entre nos su esposo es numerario del Opus Dei, ella va al club los usa y los tira, los dildos son sus amantes, es la que más compra mercancía pues no puede tenerlos en casa”
Cuando escucho la palabra Opus Dei siento como volver el estomago, pero esta vez simplemente fue exquisito. Después vi a una chica de 26 años quien trabajaba en una importante firma de abogados después de haberse titulado del ITAM, era gordita y parecía desinteresada en los juguetes de Bertha “¿Qué compraste?” Le pregunte. “Nada, tengo una novia que me brinda fantásticos orgasmos, además decidí venir porque nunca había sido invitada a una cosa de estas y me dijeron que darían donas y bagels gratis.
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